Bitcoin, cara y cruz de la moneda virtual de moda

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Millonario, literalmente. Es lo que sería de haber invertido 300$ en comprar 25 Bitcoins (BTC) cuando escribí el pasado mes de Noviembre el artículo sobre las monedas virtuales si los hubiera vendido el pasado miércoles  10 de Abril cuando alcanzaron su máximo histórico de 250$ (frente a los 12$ que habría pagado inicialmente).

Claro que si hubiera esperado hasta el viernes ya no sería millonario, porque en cuestión de horas su cotización se hundió hasta alcanzar un mínimo de 60$.

Variación del precio de Bitcoin desde Noviembre 2012 a Abril 2013

Esta situación se parece a la que se vivió en los Países Bajos en el siglo XVII con los tulipanes. Por aquel entonces  se produjo una “fiebre del oro” que provocó un tremendo incremento en el precio de los bulbos de esta flor, dando lugar a una de las primeras burbujas especulativas que se conocen en la que muchos incautos perdieron sus fortunas.

Y es que Bitcoin y tulipán tienen algo en común: su valor intrínseco es nulo (a diferencia del oro, que tiene usos reales en joyería, industria, electrónica…), por lo que su precio depende única y exclusivamente del valor que el mercado esté dispuesto a pagar por él por cuestiones subjetivas. Si el mercado deja de estar interesado, o se produce algo que provoca el pánico vendedor, no valdrán nada.

Durante la vida de Bitcoin se han registrado múltiples ataques y robos, que han provocado ya en el pasado fluctuaciones brutales en su precio (como el “ciberataque” que se registró el 20 de Junio de 2011 y provocó una caída de su precio desde 17,50$ hasta 0,01$ en cuestión de minutos).

Esta fragilidad sin embargo no está motivada por la moneda en sí, sino por lo que hay alrededor de ella. En ambos casos el sistema se tambaleó a causa de los problemas registrados en una única entidad, Mt Gox, la mayor “casa de cambio” de bitcoins, bien por ataques, bien por ser víctima de su propio éxito, como sucedió hace unos días, cuando al verse desbordada por el incremento en el número de compradores tuvo que parar durante dos horas para ampliar su capacidad, provocando el pánico vendedor.

En realidad la definición de los bitcoins y el ingenioso mecanismo por el cual pueden generarse e intercambiarse monedas virtuales sin necesidad de entidades de ningún tipo que lo regulen es, en teoría, tan seguro o más que en el caso de las monedas “reales” que son avaladas por los estados que las emiten (y bajo la regulación de organismos como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o la Reserva Federal de EEUU) siendo más fácil clonar una tarjeta con banda magnética que generar una transacción fraudulenta con bitcoins.

En un próximo post explicaré a fondo en qué consiste el mecanismo de generación e intercambio de esta moneda, que fue ideado por una persona actualmente desconocida cuyo pseudónimo es Satoshi Nakamoto, y se sustenta en la criptografía de clave pública (PKI) que usamos de forma habitual, por ejemplo, cuando navegamos a través de un conexión segura (https).

 

Dejando al margen los detalles, existen tres formas de obtener Bitcoins:

  • Generándolos nosotros mismos mediante programas de “minería”, que a cambio de ejecutar complejos procesos criptográficos permiten obtener monedas como recompensa.  Obtener bitcoins de esta forma en solitario es prácticamente imposible (salvo que tengas recursos fuera de lo habitual), existe la opción de trabajar de forma grupal para aprovechar la fuerza de un grupo de ordenadores distribuído y repartir la recompensa entre todos (lo que se denomina mining pools).
  • Utilizar las denominadas “casas de cambio”, como Mt Gox, comprándo con dinero real (en base a la cotización que exista en cada momento)
  • Aunque es más residual, en los últimos tiempos está incrementándose en la red su obtención como recompensa por acciones de marketing online (publicitar sitios en tu página mediante banners, por ejemplo), y cabe esperar que esta opción pueda ser también una fuente de ingresos a futuro.

Sin embargo, aunque los fundamentos teóricos de Bitcoin son sólidos (o al menos, nadie ha encontrado evidencias de que no lo sean), en mi opinión existen carencias de base que hacen imposible catalogarlo como “moneda” en los términos que conocemos, y arroja dudas sobre su futuro:

  • En primer lugar, una moneda está respaldada legalmente, el uso de bitcoins es “alegal”. Esto implica que, de producirse un crash, nadie se responsabiliza, ni va a velar por los afectados (reconozco que este argumento del “respaldo legal” puede ser discutible para aquellos afectados por corralitos y otros sucesos). De hecho, si continúa la repercusión mediática, es posible que esta situación acabe y se decida finalmente regular el sector por parte de las entidades que hacen lo propio con las monedas “reales”.
  • Pese a que el modelo teórico en el que se basa Bitcoin es seguro por definición (mientras lo sea la PKI), la implementación en la práctica puede no serlo tanto… por ejemplo, si las aplicaciones que se utilizan para almacenar e intercambiar las monedas no guardan las contraseñas de las claves privadas de forma suficientemente segura, o si las casas de intercambio son vulnerables a ataques, permitiendo el robo de monedas de los usuarios, como ya ha sucedido en varias ocasiones.
  • La fluctuación en el tipo de cambio hace extremadamente complejo utilizarla como moneda real, al no ser capaz de definir el valor correspondiente a cada bien de forma estable en el tiempo. Como ejemplo curioso, @taxioviedo, uno de los pioneros en España utilizando bitcoins como moneda “real” para pagar en su taxi, fija diariamente el “tipo de cambio” que acepta, dada la volatilidad del mercado y la inexistencia de un tipo “oficial”.
  • No es posible pagar con bitcoins sin estar conectado a la red, puesto que en el momento de realizar la transacción es necesario verificar que la persona que realiza el pago es el dueño real de las monedas que se intercambian (dicho de otra forma, si una tienda acepta el pago de un bitcoin sin verificar la transacción ni transmitirla al ecosistema para que se registre, nada impide entrar en la siguiente tienda y pagar con la misma moneda).
  • Se presupone que aquel con potencia de cálculo suficiente para poder “amañar” el sistema (introducir una transacción fraudulenta implica recalcular todo el blockchain y conseguir hacerlo antes que nadie, para tener la cadena más larga) sacará más partido si, en lugar de ello, obtiene un BTC por “seguir las reglas”. Avances como la criptografía cuántica pueden cambiar estas premisas, rompiendo las bases de la PKI y haciendo temblar el modelo desde sus cimientos.
  • El número de bitcoins que se pueden generar es finito, por definición: unos 21 millones de monedas. Este número es a todas luces insuficiente para cubrir ni tan siquiera la demanda de un 1% de la población de los países más industrializados (sólo Europa, EEUU y Japón suman más de 1.100 millones de habitantes). Se trata por tanto de una moneda deflacionista per se, el valor de las cosas medido en BTCs necesariamente tenderán a bajar con el tiempo a medida que su uso se extienda.
  • Pero estos dos últimos puntos llevan a una derivada más peligrosa: llegado el momento en el que ya no sea posible generar más bitcoins, o no merezca la pena hacerlo porque el coste de generarlos sea mayor que su valor de mercado… ¿quién va a seguir verificando la “cadena de transacciones” si no va a obtener por ello más monedas? ¿va a asumir esta tarea, imprescindible para el funcionamiento del ecosistema, alguna entidad, precisamente cuando se distingue por no ser necesaria ninguna que vele por él? ¿o quedará a merced de aquellos con capacidad de inyectar transacciones ficticias y recalcular toda la cadena para generar fraude?

En conclusión, mi opinión sigue siendo la misma que hace unos meses. Bitcoin no es una moneda real, sino un interesante experimento, y su mayor amenaza en la práctica es… su propio éxito (como se ha demostrado con la crisis provocada en Abril).

Sólo podemos pensar en comprar BTCs como inversión especulativa, la experiencia de los últimos meses parece confirmar que se ha podido convertir en el santo grial de este tipo de perfiles, haciendo millonarios a unos pocos y potencialmente arruinando a muchos más, como sucede en las burbujas. Estén basadas en tulipanes o en monedas virtuales.

Gráfico “Variación del precio de Bitcoin desde Noviembre 2012 a Abril 2013″ obtenido de bitcoincharts.com, bajo licencia Creative Commons.

Imagen modificada: MLursus distribuida con licencia Creative Commons CC BY 2.0

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Comentarios (3)

    • Poco a poco van apareciendo más formas de gastar bitcoins, aunque la complejidad en el uso de esta moneda virtual a día de hoy sigue suponiendo una barrera de entrada demasiado elevada para que triunfe en el público general. En cualquier caso gracias por la información, si vuelve a subir la cotización ya sé dónde gastar mis monedas :-)

  1. Tertuliano -

    Hola Jorge,

    Estoy de acuerdo contigo que el bitcoin en la actualidad no deja de ser un experimento, como lo fueron los “vales” que extendía el gobierno americano y se podían intercambiar
    por oro. Eso nos llevó al aún hoy existente sistema de billetes.

    Sin embargo no comparto tu opinión en otros puntos, posiblemente si la época en la empezaron a circular dichos vales intentase convencer a los poseedores de oro, de que cambiasen su preciado
    metal por papel serían bastante reticentes, igual que lo somos nosotros ahora en utilizar una moneda virtual.

    También estoy de acuerdo contigo en que el valor intínseco del bicoin es nulo y no lo es el del oro; pero hace bastante tiempo que nuestro dinero dejó de tener respaldo en oro
    y por tanto su valor intrínseco dejo de corresponderse con el oro. Es mas, hoy en día el valor intrínseco de nuestra modena es mas comparable al bitcoin que al oro: confianza
    de los mercados, primas de riesgo, corralitos…

    Respecto a las carencias de base que indicas, solo encuentro una de peso y que es salvable, pero iré comentando cada uno los puntos que has desarrollado:
    · “…una moneda está respaldada legalmente, el uso de bitcoins es “alegal”…”
    Esta es una de las ventajas de dicha moneda, la no intervención de ninguna entidad que pueda manipular las transacciones. La legalidad de facto será su masiva utilización
    y ante eso no habrá mucho que hacer. Su utilización es como volver al antiguo sistema de trueque, intercambio directo entre interesados.

    · “…la implementación en la práctica puede no serlo tanto…”
    Problemas de seguridad por robo de contraseñas?? Hablamos solo de un problema del bitcoin, creo que existe el mismo problema que la banca electrónica y creo que a estas
    alturas nadie duda de su funcionamiento y sus caracteristicas

    · “La fluctuación en el tipo de cambio hace extremadamente complejo utilizarla…”
    Esto se solucionará cuando se extienda (si es que se extiende) su uso. ¿Recordáis cuando entró el euro y teniamos que hacer la conversión a peseteas para saber el orden de
    magnitud de un precio? ¿y ahora, lo hacemos? No. Se que en el caso de la introducción del euro, el cambio estaba fijo y aqui es variable; pero si el uso del bitcoin está
    muy extendido (imagina una situación donde las tres cuartas partes de nuestro capital sean bitcoins) no necesitamos hacer el cambio, simplemente valoramos los precios en
    por comparación con la cantidad que tenemos y con el precio de otros bienes.
    Hasta llegar a ese punto se producirá (o no) un proceso muy lento donde se extenderá el uso de bitcoins (o no)

    · “No es posible pagar con bitcoins sin estar conectado a la red…”
    ¿Cuanto tiempo pasas sin estar conectado a la red? Móvil, ordenador de trabajo, ordenador de casa, tabletas,… En breve, en ámbitos laborales (donde se necesita hacer un pago)
    la conexión a la red será como la luz eléctrica, no se podrá nacer prácticamente nada sin ella. Es mas, hoy en día habría pocas cosas que pudieses comprar sin telecomunicaciones
    (sin tarjeta de credito, cajero automático, cajero de una entidad sin un ordenador,…)

    · “Se presupone que aquel con potencia de cálculo suficiente para poder “amañar” el sistema…”
    Se cierto que con el tiempo el sistema de seguridad PKI se verá amenazado por la técnología cuantica, pero eso no será el fin de la seguridad informática, se crearán
    sistemas robustos ante dicha tecnología. Como afectará esto al blockchain, pues no lo se, se puede crear una nueva moneda e introducirla igual que se está introduciendo
    actualmente el BTC

    · “El número de bitcoins que se pueden generar es finito,…”
    Cada bitcoin es divible hasta obtener 8 decimales, creo que eso da una cantidad de moneda suficiente teniendo en cuenta que su valor se fija en función de la oferta y
    la demanda. La moneda no es un objetivo, solo una herramienta que nos debe permitir medir el valor de un bien, de un servicio o de la capacidad de trabajo. Da igual
    que una barra de pan cueste 1 BTC o 0,00000001 BTC. (Suponiendo un entorno de uso mayoritario de la moneda)

    Efectivamente por ahora solo es un interesante experimento y tardará mucho tiempo es convertirse en una moneda de utilización frecuente (quizá no lo consiga nunca) aunque
    creo que el concepto llegará a fructificar antes o después.

    Al respecto de la especulación, está sufriendo el mismos trato que se realiza con otras monedas y otros bienes incluso de necesidad básica como el trigo, el maiz o el cacao.

    No pretendo ser un defensor a ultranza del BTC ya que actualmente no está claro el futuro de este experimento, pero quería dejar constancia de otros puntos de vista

    • En primer lugar, te agradezco enormemente los comentarios, es un placer tener la posibilidad de contrastar opiniones.

      No me interpretes mal, me gusta mucho el modelo definido por Bitcoin (en breve publicaremos otros post más detallado al respecto), pero no dejan de existir aspectos que en mi opinión hacen que su uso, a día de hoy, esté fuera del alcance de la mayoría.

      El que la moneda esté al margen de la ley y los organismos regulatorios para mí, como usuario, es una desventaja. Por supuesto que en el “mundo real” hay mucho que hablar sobre leyes y organismos regulatorios, pero una mala implementación (por decirlo de alguna forma) no invalida la necesidad de disponer de cobertura legal.

      Y si a eso se le suma que la infraestructura actual que soporta el ecosistema alrededor de Bitcoin no parece estar dimensionada, ni ofrecer la disponibilidad necesaria para un entorno de esta criticidad, en el que se mueve dinero constantemente, no puedo confiar mis ahorros seriamente en Bitcoin. No puede ser que la parada de un único nodo de la red, Mt Gox, que además es secundario (no interviene directamente en la generación ni validación de bitcoins), durante sólo dos horas provoque más de un 50% de caída del valor de la moneda. Y los tipos de cambio deben permanecer relativamente fijos, en cualquier moneda, para que podamos saber lo que tenemos y lo que valen los bienes y servicios.

      Como comentas, cualquier entidad y programa está sufriendo ataques en la actualidad, no solo Bitcoin, pero la diferencia reside en la asunción de responsabilidad en estos casos por parte de las entidades, lo que da garantías a los fondos que tenemos en monedas de curso legal (por ejemplo, si alguien roba mis datos de tarjeta y los usa para realizar compras, mi banco asume el fraude, puedo denunciarlo… con bitcoins estoy desprotegido).

      Me encantaría poder encontrarnos en un punto medio, sumar a las ventajas de una moneda definida de esta forma los beneficios de un ecosistema robusto, y una base legal que dé seguridad.

      Ojalá sea así, y tengamos Bitcoin para rato.

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